Hace muchos años que escuché el nombre de Pilar Rahola por primera vez. Esta mujer era militante y política del partido ERC (Esquerra Repulicana de Catalunya). Me quedo muy asombrada con el cambio de ideas de esta mujer, porque digo yo, que ya no debe ser militante de ese partido, ¿no? Para los catalanes ser de ERC significa muchas cosas. Ante todo ser de izquierdas, republicano y muy catalanista, por lo que las ideas fascistas y de derechas no caben en nuestra mente. A esta mujer sólo le ha quedado lo de catalanista... aunque al paso que va, igual acaba imitando los discursos de la derecha centralista española.
Ultimamente esta periodista (supongo que debe tener al menos ese título por todo lo enchufada que está en TV3) se ha caracterizado por su discurso claramente islamófobo y que nos demuestra lo que odia a los musulmanes en general, sean de donde sean, porque hermanas musulmanas catalanas fueron al programa para romper prejuicios... y ni aun así han conseguido cambiarle el punto de mira a esta "señora".
La verdad que esta mujer me cansa, no porque no tenga las mismas ideas que yo, sino porque cada vez que abre la boca es para demostrar lo mal informada que está, sus prejuicios y su racismo.
Aquí os pongo el principio del artículo que aparecía en Web Islam, sobre el debate mantenido por Pilar Rahola en uno de los programas de TV3, con Francesc Tubau, portavoz de la plataforma "Aturem la Guerra" (Paremos la Guerra). El resto del artículo lo podeis leer en la web de donde lo he sacado ya que es bastante extenso.
Rahola o el colmo de la hipocresía mediática
La intención es desviar la atención sobre la limpieza étnica que está sucediendo en Gaza
Opinión - 20/01/2009 7:53 - Autor: Oscar Martínez - Fuente: Webislam
En un debate televisado en el programa Matins de Tv3 (1) entre Pilar Rahola y Francesc Tubau, portavoz de la plataforma Aturem la Guerra, una de las organizaciones convocantes de la pasada manifestación del 10 de enero en Barcelona en protesta por la masacre israelí en Gaza, pudimos comprobar el bajísimo nivel moral que reina en los medios de comunicación por tener en plantilla a alguien como Rahola, y ahora explicaré por qué es así.
La razón del debate fue que Rahola se sintió aludida en esa manifestación por un artículo publicado en una revista que fue repartida durante la misma en el que se la criticaba a ella y a cinco personalidades más de la sociedad catalana por su ferrea defensa de Israel, a pesar de las atrocidades que ha cometido y está cometiendo contra el pueblo palestino. Fue tal su enfado que anunció públicamente que iba a presentar a la fiscalía una querella contra la plataforma. Lo que es chocante es que, justo antes del debate mencionado, Rahola le dio la razón a los autores de dicho artículo al dar pruebas sobradas de sus simpatías hacia los representantes de un estado que, ahora mismo, está cometiendo una operación de limpieza étnica en Gaza.
Pudimos ver cómo Rahola alababa al embajador de Israel en España, que fue entrevistado durante el programa por el presentador Josep Cuní. Rahola dijo del embajador israelí que “és un home molt ponderat” (”un hombre muy ponderado”) y que “està molt esparverat” (”está muy alarmado”), refiriéndose, según Rahola, al supuesto clima antiisraelí que hay ahora mismo en España.
Rahola se atrevió a negar que el ataque de Israel tenga nada que ver con las próximas elecciones en el Estado israelí, como si las encuestas no demostraran que la popularidad del gobierno ha crecido de manera clara desde que dio inicio a las operaciones militares en Gaza, como se encargó de recordar el propio Cuní al embajador.
Rahola no tiene pelos en la lengua al afirmar que el ataque -ella emplea la palabra “defensa”- está plenamente justificado y cito textualmente sus palabras: “s’ha arribat a un punt d’inflexió en que s’havia d’actuar militarment” (”se ha llegado a un punto de inflexión en que se debía actuar militarmente”). Rahola pasa entonces a repetir lo que dice la propaganda israelí para justificar sus ataques: que existía la posibilidad de que los palestinos compraran misiles de largo alcance a China e Irán y por eso Israel decidió actuar, y que había que impedir la entrada de armas por el sur de Gaza.
Pero entonces, ¿por qué Israel está arrasando toda Gaza, no sólo el sur? ¿Por qué su objetivo son civiles, mujeres y niños, como se ha demostrado suficientemente, no sólo los militantes de Hamas? Eso Rahola no lo explica. Después se mete con Zapatero, con Saura (el conseller de interior de la Generalitat de Catalunya) y con el ministro de Exteriores, Moratinos, por sus tibias críticas a Israel, cosa que ni el propio embajador se había atrevido a hacer.
Rahola estira sus argumentos hasta el límite, diciendo que el debate político sobre un país se debe limitar a los que viven en él, aunque ese país sea el autor de una masacre como ésta y aunque sus actuaciones hayan recibido muy graves críticas por parte de la comunidad internacional y las Naciones Unidas.
La verborrea de Rahola no se detiene en su afán de defender y justificar a Israel por lo que está haciendo ante los ojos de todo el mundo. Vuelve a la carga contra Joan Saura, al que ataca por suprimir un acto conmemorativo que se había de celebrar en Catalunya en honor de las víctimas de los campos de exterminio. La mención al Holocausto judío de los filosionistas figura siempre en el guión y es inevitable, como si sirviera para cubrir todos los crímenes que comete Israel, sean de la naturaleza que sean.
No cabe en la mente de esta señora que para el gobierno catalán pueda significar meterse en un aprieto de los gordos dejarse fotografiar con representantes de la comunidad judía en un momento como éste, pues ya bastantes críticas han recibido por sus recientes viajes a Israel. ¿Rahola está sugiriendo muy sibilinamente que Saura es un antisemita? En fin, que para Rahola son cuestiones de suma importancia cosas como ésta, que se suprima un pequeño acto público que se ha hecho ya repetidas veces y no la muerte de personas inocentes -la muerte de personas inocentes, repito- algo que para Rahola no merece el más mínimo comentario. Yo me pregunto: ¿qué hubiera dicho si el gobierno de la Generalitat hubiera anunciado que rompía toda relación con Israel como le ha reclamado que haga la comunidad palestina en Catalunya?
Y llegamos al debate entre ella y Tubau, en el que -como dije antes- Rahola anunció su intención de presentar una querella contra la plataforma Aturem la guerra por el artículo de marras. Tubau respondió que su organización estaba también pensando presentar otra querella contra Rahola por lo que él calificó de “insultos” de ésta a la plataforma y a las organizaciones de apoyo a Palestina. Tubau se quejó de que Rahola les acusa de hacer “apología del terrorismo” (2), o de ser unos ”monos” (3). A propósito de esta última descalificación, me gustaría hacer un breve comentario. Pero primero citaré el fragmento del artículo de Rahola en el que dice tal barbaridad:
“Hemos asistido al auge del fundamentalismo islámico, que ha sembrado de muertes los pueblos y ciudades del mundo, especialmente del propio mundo musulmán. Y esa izquierda gritona, cual émulo de los monos de Gibraltar, se ha mantenido sorda, ciega y muda ante tal mortífero y totalitario fenómeno.”
Rahola muestra aquí su honda capacidad para la calumnia al decir sin ningún escrúpulo que la izquierda contraria a los crímenes de Israel es favorable al llamado “terrorismo islámico”, como si criticar a Israel por sus crímenes supusiera estar automáticamente de acuerdo con la muerte de inocentes a manos de organizaciones como Al Qaeda. ¡Qué a gusto se queda Rahola cuando suelta estos exhabruptos! Disfruta utilizando estos simulacros de indignación que tanto le gustan para emular a Bush en su célebre frase: “si no estás conmigo, estás con los terroristas”.
Tubau, a continuación, intentó pasar página y hablar de la manifestación del día 10, cosa que Rahola no le dejó hacer con sus continuas interrupciones y su acaparamiento del tiempo del debate. Pero le dio tiempo a decir algo como esto: “estem molt orgullosos de que assistís tanta gent de la comunitat àrab i islàmica perquè aquesta gent vol quedar-se a viure a Catalunya i, per tant, forma part de la societat catalana” (”estamos muy orgullosos de que asistiera tanta gente de la comunidad árabe e islámica porque esta gente quiere quedarse a vivir en Catalunya y, por tanto, forma parte de la sociedad catalana”).
Tubau se quejó de que Rahola les acusara a todos de ser “yihadistas” por el hecho de ser musulmanes y se quejó también porque la prensa ha destacado un incidente que, en otras circunstancias, todo el mundo habría pasado por alto. Uno de los manifestantes iba cubierto con un pasamontañas y fue fotografiado empuñando una pistola, al parecer de juguete.
Tubau dijo que el servicio de orden de la manifestación le dijo que se quitara el pasamontañas y que se fuera de allí y no descarta la posibilidad de que se tratara de un provocador del Mossad. Pero para alguien como Rahola lo importante es que en una manifestación en que todo el mundo pedía que se hiciera cumplir el derecho internacional que, en teoría, debe obligar a Israel como potencia ocupante y Estado agresor a poner fin a la matanza de un pueblo prácticamente indefenso, lo importante, digo, es que hubiera un manifestante vestido con un pasamontañas y llevando una pistola, al parecer falsa. Lo importante para Rahola es que hubiera manifestantes con “estética yihadista”, no que sean ya más de mil las personas asesinadas por Israel estos días, el 40 de las cuales son mujeres y niños.
Yo estuve en la manifestación de aquel día; y si por “estética yihadista” Rahola interpreta que mucha gente llevara la “kufia” palestina o tuviera pinta de árabe-musulmán y gritara en su idioma, el árabe, que es lo que yo vi y fotografié, Rahola debería ser presentada como un ejemplo de persona tendenciosa y malintencionada en su forma de ejercer el periodismo, además de rozar el racismo al equiparar terrorismo con Islam o con la cultura árabe.
Lo importante para Rahola no es que Gaza sea un campo de concentración en toda regla, un campo de concentración en el que viven -y mueren a manos del Tsahal- un millón y medio de almas dependientes en todo de lo que decida Israel: si concederles el derecho a la vida abriendo la frontera para que reciban ayuda humanitaria, o negándoles ese derecho al dejarles morir por falta de medicinas y material quirúrgico.
Lo importante para esta mujer es que su foto saliera en un periódico en el que se criticaba su defensa pública de la política del Estado israelí hacia Palestina (le espetó a Tubau: “tu has venido a hablar de Gaza, yo he venido a hablar de la revista“). Dicho periódico publicado ad hoc denunciaba lo que ningún otro publica ni denuncia, por desgracia, que en Catalunya hay personas que amparan con sus palabras un genocidio en toda regla, ni más ni menos.
Dicho periódico, por cierto, también denunciaba algo aún más grave, a saber: que el propio gobierno de la Generalitat de Catalunya ha potenciado durante el último año sus relaciones comerciales, culturales y empresariales con un Estado que vulnera de forma notoria los derechos humanos desde hace muchísimos años.
Rahola fue tan ruin que acusó a la plataforma Aturem la Guerra de incitar al odio hacia ella y las otras cinco personas (que no citaré aquí, por cierto), sin darse cuenta de que es ella la que incita a sentir odio de forma diaria hacia la comunidad musulmana que vive y trabaja en nuestro país, sembrando continuas sospechas acerca de su presunta vinculación con el terrorismo, al igual que hace gente tan poco recomendable como los locutores de la COPE, como se encargó de recordarnos el propio Tubau.
Rahola hizo una acusación tan grave a su interlocutor -Francesc Tubau- como la de hacer ”apología del terrorismo” y todo porque es Israel el denunciado por la plataforma Aturem la Guerra y no Hamas. Esta señora nunca ha tenido en cuenta en sus apariciones públicas en la televisión catalana que el daño infringido por Hamas a Israel es infínitamente menor que el cometido por Israel sobre -no ya Hamas- sino sobre el mismo pueblo palestino.
Para ella, los palestinos no cuentan en sus lamentaciones, sólo en sus diatribas. Es casi tanto como decir que Israel tiene razón al considerarlos a todos terroristas. Porque si se argumenta de forma tan clara como hace Rahola que Israel tiene derecho a defenderse (”Israel té dret a defensar-se i a existir“), el corolario es que Israel tiene derecho a matar a cuantos palestinos quiera si con ello se está “defendiendo”. No hay límite al mal que Israel pueda cometer sobre el pueblo palestino, porque Israel siempre se está defendiendo cuando lo hace. Se defiende porque su existencia depende de la no existencia de palestinos en lo que este estado considera su territorio.
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